El término “acreditado” se utiliza comúnmente para manifestar que una organización tiene credibilidad y es confiable. En el caso de las Instituciones de Educación Superior y las Universidades acreditarse significa que se mide o evalúa frente a estándares reconocidos, que se certifica, que se reconoce que la Institución es de alto nivel y que su oferta académica cumple con los más altos estándares de calidad.
Los procesos de autoevaluación y acreditación son voluntarios, por tanto, son una demostración de que la Institución es capaz de autorregularse de manera continua, de disponerse a los juicios externos desde altos criterios de calidad y de mirarse a sí misma de forma reflexiva buscando el mejoramiento continuo.
Que dinamiza o se inserta en procesos de mejoramiento continuo, en los que la autoevaluación es permanente y posibilita visibilizar fortalezas y debilidades, y consecuentemente diseñar e implementar planes de mejoramiento, lo que consolida la cultura de la autorregulación.
Que es coherente entre lo que manifiesta y lo que hace cotidianamente.
Optimización de sus procesos haciéndose más eficiente en el uso de recursos de todo tipo y en el logro de los objetivos trazados.
Mejoramiento de su planta docente, dado que los profesores se sienten respaldados por las instituciones de calidad.
Que puede participar de convocatorias nacionales e internacionales para el desarrollo de proyectos de diversa índole en investigación, formación, proyección, infraestructura) lo que a su vez puede fortalecer aún más sus procesos.
Que cuenta con mayores posibilidades de movilizar recursos financieros externos, bien sea de origen público o privado.
Contar con mejores condiciones de infraestructura.
Incrementar el desarrollo investigativo.
Para los profesores, empleados y directivos significa: Tener acceso a convocatorias gubernamentales para formación posgraduada y desarrollo investigativo.
Estar respaldados por procesos administrativos eficientes y cualificados.
Mejoramiento y cualificación continua que se traduce en la búsqueda cotidiana de la excelencia.
Mayores ventajas competitivas en convocatorias y otros procesos interinstitucionales.
Mejores condiciones para la construcción de comunidades académicas y su contribución a la solución de problemas de la sociedad.
Contar con la certeza de que los programas académicos que cursan han sido evaluados bajo altos estándares de calidad y reconocidos como tal.
Tener mayor posibilidad de acceder a créditos educativos.
Acceder más fácilmente a procesos de movilidad nacional e internacional y la homologación de títulos.
Que los títulos académicos que alcanzan tienen la impronta de calidad de la Institución y del Ministerio de Educación Nacional y como tal son identificados socialmente, ello significa que la sociedad confía en ellos.